El videojuego que podría haber hecho Gaudí

Las líneas redondeadas y el espíritu lúdico del catalán sirvieron de inspiración a diseñadores y programadores para crear un entretenimiento bastante inusual: un videojuego adentro de una película. Una pantalla dentro de otra.

¿Confuso? No tanto. Se trata de un juego de arcade, con reminiscencias de los años ’90 y de programas como «Mario Kart», concebido por un equipo de animadores de Disney como uno de los escenarios en los que transcurre la acción de «Wreck-It Ralph» («Ralph, el demoledor»), la película que el estudio estrena este viernes en Estados Unidos.

El universo animado al estilo Gaudí mucho le debe a una creativa española que lleva cinco años en la compañía del ratón: Lorelay Bove, criada cerca de Barcelona, tomó los recuerdos de su propia infancia para el videojuego.

«De pequeña, veía el trabajo de Gaudí y siempre pensaba en las estructuras como hechas de caramelos. Tenía la sensación de que eran casas de distintos dulces, con sus detalles, formas y texturas», señaló la artista a BBC Mundo.

Así, cuando le pidieron que diseñara un mundo de azúcar Bove pensó enseguida en el movimiento modernista catalán.

«Me pareció que encajaba perfecto. Hice varias pinturas, se las mostré al director (Rich Moore) y a John Lasseter (director creativo de Disney) y les gustó. Era un enfoque distinto para un mundo de caramelos, que es algo que ya se ha hecho mucho», agregó Bove, que lleva 12 años en Estados Unidos y trabajó en «Enredados» y «Winnie the Pooh» antes de ser parte de este proyecto.

Montañas de chocolate y techos de oblea

Allí está, entonces, una suerte de homenaje –en clave de Disney, claro- a las formas de la basílica de la Sagrada Familia, la ambiciosa obra inconclusa de Gaudí, que se replican en el castillo del Rey Caramelo, el malo más malo de «Sugar Rush».

También los techos ondulantes que se asemejan a los de la Casa Milà y los paisajes de colinas y arcadas como en el Parque Güell. O las formas de árboles, que sirvieron de inspiración a Gaudí para las estructuras hiperboloides de su gran iglesia de Barcelona.

«Una versión de caricatura» del estilo del catalán, en palabras de Bove, que cobró forma después de un viaje del equipo creativo a España para experimentar los espacios del arquitecto en primera persona.

«La experiencia es distinta: el olor, los detalles, los espacios… es completamente distinto a lo que se percibe usando fotos y mapas de Google. Eso nos dio muchas ideas», comparó la artista.

La influencia fue más allá de las estructuras: también la iluminación del videojuego busca replicar la atmósfera de la catedral barcelonesa y de los interiores de algunas de las casas construidas por Gaudí, según indicó el director del rubro, Adolph Lusinsky.

El resto de la inspiración fue mucho más tangible: provino de los kioscos del mundo entero y de los descubrimientos que hicieron los creativos en una mega exhibición de golosinas.

«Es una feria como Comic-Con (la mayor convención anual del cómic en Estados Unidos), pero de dulces: cuatro pisos llenos de azúcares. Fue en Colonia, Alemania, y de allí sacamos miles de fotos que se convirtieron en una biblioteca de referencia», indica Bove a BBC Mundo.

Atrás de la pantalla

Pero «Sugar Rush» no es el único videojuego ficticio creado para «Ralph, el demoledor».

El personaje que da título al filme es, de hecho, el villano en un arcade también inventado, llamado «Fix-It Felix» y reminiscente de juegos como «Donkey Kong», «Pacman» y otros clásicos de 8-bits de los años ’80.

Cansado de ser el malo, Ralph escapa hacia otros videojuegos vecinos, en busca de uno donde pueda demostrar que tiene pasta de héroe. Y la película lo sigue en su viaje por el «detrás de escena», donde librar batallas, sortear obstáculos o avanzar al siguiente nivel no es sino el empleo rutinario de los personajes.

«Siempre se trata de darle a la audiencia algo que ya conoce, que en este caso es el mundo de los videojuegos, y a la vez algo que la sorprenda, como el hecho de que los personajes de sus juegos favoritos sean ‘empleados’, cuya tarea diaria es luchar o saltar o correr. La idea es mostrar cómo es la vida del lado de atrás de la pantalla», dice a BBC Mundo el director Rich Moore, para quien «Ralph…» es su primera película tras una carrera premiada en TV, como director de episodios de «Futurama» y «Los Simpson».

Así, el guión dio espacio para que los animadores construyeran distintos mundos virtuales, cada uno con su estética: a «Sugar Rush» y «Fix-It Felix» se sumaron «Game Central Station» y «Hero’s Duty», inspirado en los más actuales «Call of Duty» o «Halo».

Aunque concebidos para ver en la pantalla grande, los videojuegos tendrán también versiones interactivas: la carrera de autos «a la Gaudí» se puede experimentar en el sitio web de Disney y las andanzas de Ralph y Félix estarán disponibles para consolas.

«Concebir un mundo de cero, con su lógica y sus reglas, no es algo que ocurra a menudo: otorga una libertad absoluta para crear», concluyó Bove.

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